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miércoles, 7 de mayo de 2014

Investigación en vida silvestre puede hacerse

Con la firma en el 2013 de dos decretos que permiten otorgar permisos para la recolección de especímenes de vida silvestre o de biodiversidad por parte de la Ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible Luz Elena Sarmiento a la Universidad Nacional de Colombia, se inicia una nueva etapa en los procesos de investigación en el país.
“Colombia está bastante rezagada en investigación, y lo que menos puede hacer un gobierno es ponerle trabas. Ahora, los científicos se pueden concentrar más en sus estudios y no en la tramitología”, afirmó la ministra.
Y añadió que con esto se permite que los grupos de investigación adscritos a una institución puedan, con un permiso marco, llevar a cabo sus investigaciones y no sea necesario un permiso individual para cada uno.
Por su parte, Ignacio Mantilla recordó que desde el año 2008 la U.N. ya había manifestado sus preocupaciones por la problemática nacional que generaba la necesidad de los permisos de investigación para los proyectos en el área de la biodiversidad.
“Por eso, desde ese año, la Rectoría de la Institución intentó proponer soluciones a este problema mediante acercamientos con varios ministros de Ambiente. Todos estos intentos transcurrieron de manera infructuosa, hasta que finalmente se consiguió en el año 2012 en una reunión sostenida con el entonces ministro Juan Gabriel Uribe y con cuatro rectores de universidades colombianas (Andes, Antioquia, Nacional y Javeriana)”.
Gracias a todo ese proceso, ya se firmaron dos decretos con el Gobierno nacional: el 1375 sobre el registro de colecciones biológicas y el 1376 sobre permisos marco de recolecta de especímenes sobre la biodiversidad.
De este modo, no solo se cuenta con un permiso por proyecto de investigación (el cual limitaba enormemente las labores de los investigadores), sino que ahora se tiene un permiso marco a diez años que ampara en la U.N., a cerca de 500 profesores de las 8 sedes y a más de 200 estudiantes de pregrado, maestría y doctorado.
Pablo Vieira, viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible señaló que el proceso ya está vigente y que la U.N. participó muy activamente en la construcción de este decreto que representa lo que va a ser el permiso marco que tendrá el país.
“En el Ministerio, en la Asociación Nacional de Licencias Ambientales y en la Universidad consideramos que era importante darle un poco de visibilidad a este acontecimiento, ya que estamos mostrando cómo podemos trabajar unidos desde el Gobierno y la academia para aprovechar, gestionar y facilitar la investigación científica en nuestro país”, concluyó. U. Nacional.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Mejor nivel de vida para 120 familias de 3 municipios de Santander, promueve la CAS

Los municipios son: Betulia, San Vicente de Chucurí y Zapatoca
Las estufas vistas de dos perfiles
San Gil.- Con una inversión de 334 millones de pesos, la Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS) construirá 120 estufas ecológicas para leña en sectores rurales de los municipios de Betulia, San Vicente de Chucurí y Zapatoca.
La inversión hace parte de los recursos provenientes del convenio suscrito entre ISAGEN y la CAS, en noviembre del año pasado y cuyo objeto es la integración de esfuerzos de las partes para el desarrollo del programa de mejoramiento de las condiciones ambientales de las fuentes de agua para consumo humano que presentan problemas de deforestación y erosión, en la cuenca del río Sogamoso. 
La ingeniera Forestal y asesora de dirección de la CAS, Lilian Astrith Chaparro Granados, aseguró que este proyecto beneficiará específicamente a las veredas de Chimita, El Centro y Sogamoso de Betulia; vereda el Chanchón en San Vicente de Chucurí  y a las  veredas San Javier, Bellavista y Alto de las Águilas de Zapatoca.
En estos municipios las encuestas estructuradas y semiestructuradas, realizadas durante la fase de diagnóstico por la CAS, demostraron que existe un uso generalizado de estufas fabricadas artesanalmente, con fogones de piedra, parrillas y ballestas de carros, elementos que ocasionan un mal estado de funcionamiento y mantenimiento de las mismas.
Estas condiciones han ocasionado efectos nocivos en la salud de la población del sector rural, en cuanto al incremento de enfermedades como cataratas, presencia de monóxido en la sangre de mujeres embarazadas, cáncer de pulmón, quemaduras y agua impura, entre otros factores de riesgo.
Igualmente, se han detectado dolencias oculares ocasionadas también por la exposición al humo y desnutrición producida por la ingesta de alimentos que no están completamente cocidos y por cocinar todos los alimentos en una sola olla.
Con este proyecto las familias beneficiaras adquieren el compromiso de establecer bosques dendroenergéticos en cada una de sus fincas, que proporcionen leña como combustible doméstico.
Según Chaparro Granados, existe la necesidad de asegurar el abastecimiento sostenido de la leña mediante la siembra de árboles orientados a propósitos energéticos que contribuyan a reducir la presión existente en  los bosques naturales adyacentes en la región, ya que el uso indiscriminado de leña está generando deforestación, contaminación del agua, erosión en el suelo y perdida de fertilidad de este mismo.
La construcción de estas estufas eficientes ayudará a mejorar la eficiencia térmica para la cocción de los alimentos en las áreas rurales de los municipios, generando así un ahorro significativo en el sumo de leña.
Asi mismo, el cultivo de bosques dendroenergéticos con especies forestales propias de la región, que tengan un alto contenido calórico y un acelerado rebrote, mantendrán no sólo el continuo abastecimiento de leña, sino que también ayudarán a minimizar el impacto ambiental en términos de emisiones atmosféricas de CO2.
Fuente: Oficina de Prensa de la CAS -  3138045826

sábado, 3 de diciembre de 2011

Desmejoró la calidad de vida en Bucaramanga y su área metropolitana

Según estudio presentado recientemente
En el último año la calidad de vida de los habitantes de Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta desmejoró con relación al año 2010, según lo señala los resultados de la encuesta de percepción ciudadana dada a conocer recientemente por el programa ‘Bucaramanga Metropolitana Cómo vamos’.
Esta encuesta, que fue aplicada por la firma Ipsos Napoleón Franco entre el 23 de octubre y el 9 de noviembre de este año, midió los niveles de satisfacción de los ciudadanos en los siguientes temas: desarrollo económico, educación, salud, servicios públicos (gas, energía eléctrica, internet, acueducto, aseo y alcantarillado), seguridad, participación ciudadana, convivencia ciudadana, recreación y cultura, movilidad vial, espacio público, medio ambiente, gestión pública, transparencia y riesgo de corrupción, desempeño de los alcaldes y de concejos municipales.
En términos generales el estudio arrojó que la calidad de vida en Bucaramanga y su área metropolitana desmejoró el último año. El 54% de los encuestados consideró que las cosas en su ciudad este año van por mal camino, mientras que el 46% opinó que la situación va bien. En la encuesta del año 2010 el 31% dijo que las cosas iban por mal camino y el 69% expresó que iban bien. Es decir, que aumentó en 23% el número de personas que consideran que este año las condiciones han empeorado.
Vamos mal en casi todos los indicadores   AMPLIACIÓN

martes, 23 de agosto de 2011

Viviendas bioclimáticas mejoran calidad de vida


Seis edificaciones que aprovechan la luz solar, fogones eficientes de leña y un sistema de información georreferenciada mitigan las necesidades de energía en poblaciones no interconectadas del país.
Dos construcciones de piedra coralina, fibra, madera y cemento se convirtieron desde este año en sitio de reunión y espacio habitacional de los pobladores de Isla Fuerte, corregimiento de Cartagena. Fueron elaboradas mediante la unión de saberes ancestrales y materiales tradicionales con técnicas contemporáneas, gracias al trabajo del Grupo de Investigación en Georrecursos, Minería y Medio Ambiente (Gemma) de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín.
La práctica, conocida como bioclimática, “no pretende otra cosa que generar el mayor confort con el menor consumo energético y responder de manera muy inteligente a los sistemas locales relacionados con iluminación, viento, agua y vegetación”, dice Sebastián Bedoya, arquitecto del proyecto.
Como ese lugar, ya van cuatro construcciones más: un aula en Titumate (Unguía, Chocó) y un complejo habitacional integrado por una maloca, un aula y una vivienda en El Totumo (Necoclí, Antioquia). AMPLIACIÓN

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